El roce y la humedad son los 2 factores que provocan un gran inconveniente cuando se practica senderismo: la ampolla del pie.
En los dedos, el talón, a veces incluso bajo el arco del pie, este desprendimiento de la epidermis crea una "burbuja" que se llena de linfa. Una ampolla en el pie suele reventar con bastante rapidez si se sigue caminando, provocando un ardor especialmente desagradable que puede incluso comprometer la marcha.
Saber cómo tratar una ampolla está muy bien, pero evitarla es aún mejor. RayonRando te explica cómo evitar que te salgan ampollas en los pies cuando haces senderismo, y cómo tratar una ampolla en caso necesario.
1) Antes de salir: el equipo adecuado para evitar las ampollas
¿Qué tipo de calzado necesitas para evitar las ampollas?
Si tu calzado es nuevo:
- Cuando los compres:
Cuando te las pruebes, ponte calcetines de montaña en lugar de calcetines de ciudad. Presta atención a su tacto: puntos de presión en los laterales, espacio ligeramente estrecho para los dedos. Un zapato de piel puede sentirse un poco apretado en el pie, pero no deberías sentir ninguna molestia real cuando te lo pruebes.
Si el pie se mueve un poco dentro del zapato, tómate el tiempo necesario para volver a ponértelo. Si la sensación persiste, debes cambiar de talla o de modelo. En todos los casos, el pie debe estar bien sujeto en el zapato.
- Después de la compra :
Dé un pequeño paseo antes de las vacaciones, a ser posible cuesta abajo. Preste atención a sus sensaciones: puntos de presión, movimiento del pie, deslizamiento en los descensos. Entonces podrás ajustar lo que se pueda ajustar: cordones (ver más abajo) y calcetines.
Zapatillas ya usadas:
- Sácalos antes de salir para comprobar su estado. Comprueba si la piel está arrugada (debido a la exposición a demasiado calor o al secado cerca de una fuente de calor) y si las costuras están dañadas, especialmente en el pliegue del pie.
- Fíjate también en las suelas demasiado desgastadas o inadecuadas para el terreno que te vas a encontrar: un mal agarre significa un pie resbaladizo que puede rozar con el zapato.
¿Qué tipo de calcetines debo llevar para evitar las ampollas?
Evita: los calcetines de ciudad, sobre todo los de algodón, que acumularán humedad y favorecerán el sobrecalentamiento. Los calcetines demasiado finos, si tienes los pies sensibles. Calcetines demasiado gruesos: deben quedar bien ajustados, de lo contrario los pies pueden resbalar a cada paso.
La mejor elección: calcetines de senderismo.
- Material adecuado: fibra sintética o lana merina o lino (a menudo combinados con fibra sintética. Estos materiales evacuan la humedad y mantienen la piel seca.
- El ajuste correcto: además de elegir la talla adecuada, puede ser una buena idea utilizar calcetines "morfológicos" con un pie izquierdo y otro derecho diferentes.
Esto garantizará que el calcetín se "pegue" al pie hasta los dedos, sin exceso de tejido que pueda provocar arrugas o rozaduras.
Posiblemente calcetines con un montaje específico antiampollas:
- Los calcetines dobles han demostrado su eficacia. Como los Twin Trek de Monnet. Combinan un calcetín interior fino que se pega al pie con un calcetín exterior contra el que roza el calcetín interior y no la piel. Evita superponer 2 calcetines uno encima del otro: aparte del grosor extra, esto podría hacer que el pie se moviera en el zapato, o incluso generar pliegues, y también acumular transpiración. Nada bueno para las ampollas...
- Pero también hay calcetines de senderismo con un punto diferente en los dedos y los talones que resisten las rozaduras (a veces utilizando un hilo reforzado tipo Cordura). El calcetín Trek Expert de Monnet es un ejemplo.
Un detalle que cuenta: córtate las uñas. Unas uñas demasiado largas pueden crear presión en la bota.
2) ¿Cómo puedo evitar que me salga una ampolla en el pie mientras hago senderismo?
¿Cómo evitar los roces con el calzado? Y más concretamente, ¿cómo proteger los dedos de los pies de las rozaduras?
Atarse bien las zapatillas:
El pie debe quedar perfectamente sujeto en el zapato. Si llevas botas de montaña altas, es importante apretar por separado la parte delantera y la parte superior de la bota:
- Aprieta primero la parte delantera del zapato y el empeine para evitar el roce de los dedos. Puede ser útil golpear primero el talón contra el suelo para asegurarse de que el pie está firmemente asentado en la parte trasera del zapato.
- A continuación, apriete la parte superior para mantener el talón en su sitio. El pie no debe moverse ni deslizarse dentro del zapato.
Protege tu piel:
- Cremas y polvos: ¿te preguntas qué crema utilizar para las ampollas? Existen varias cremas diferentes, cada una con una función distinta. Hay cremas para endurecer la piel, que deben aplicarse varios días antes de salir. Para un uso diario, recomendamos la crema antirozaduras de Meltonic; esta crema biológica a base de ingredientes naturales es muy agradable. Los polvos a base de talco (como los polvos Careplus) ayudan a secar la piel. La vaselina también puede reducir la fricción.
- Como medida preventiva, coloca una tira de elasto (a ser posible sobre una venda) en una zona que sepas que es sensible.
- Por último, ventila y seca los pies durante los descansos. La humedad reblandece la piel y la hace más frágil.
El principal error: ¡esperar!
¿Sientes que se te calienta el pie pero no quieres retener al grupo, o te dices a ti mismo que lo mirarás en el próximo descanso o cuando llegues abajo? Esto es un mal reflejo. En cuanto sientas que empieza el calentamiento, detente y comprueba el estado de tus pies.
Trata la ampolla si se ha formado, pero si no se ha formado, no esperes: coloca un vendaje sobre la zona irritada y cúbrela con una tira de elasto sobre la piel limpia y seca para detener el roce inmediatamente.
O aplique directamente un apósito antiampollas. ¿Te preguntas a veces cuándo aplicar Compeed? Lo antes posible. Si es necesario, puede dejárselo puesto varios días.
Conviene renovar el apósito y el elasto a la mañana siguiente, sin esperar a que vuelva el calor.
Otra precaución: si tienes gravilla o arena en el zapato, tampoco esperes a quitártela. Cualquier cuerpo extraño hará que tus pies rocen entre sí.
En el vivac:
Al final del día, seca tus zapatos. Como mínimo, quítales las suelas para que se sequen. Lávate e inspecciona tus pies.
Evite salir con los calcetines mojados. Tenga un par de calcetines de repuesto. En general, salgo con 2 pares de calcetines de montaña y un par más ligero para la noche, de modo que siempre tengo un par seco para volver a ponerme.
3) ¿Qué debo hacer si me sale una ampolla en el pie durante una excursión?
Demasiado tarde, la ampolla ya se ha formado.
Si tienes que seguir caminando, debes dejar de frotarte y proteger la herida:
- Pincha la ampolla con una aguja desinfectada si está en medio y no se ha hecho ya. Pero no retires la piel, que sigue protegiendo. Desinfecta. Si estás en un vivac, algunas personas utilizan un hilo para drenar. Yo no lo he probado.
- Puede ser prudente no perforar la ampolla si no te impide caminar, para no aumentar el dolor ni el riesgo de infección. Depende de ti.
- Limpia, desinfecta y, si es necesario, seca.
- Aplica un apósito de doble piel, como Compeed, o un apósito normal al que añadirás un vendaje elástico. Esto evitará el roce y reducirá las molestias.
Por la noche, revisa, limpia, desinfecta y deja secar la herida.
Cuando te vayas a dormir, un pequeño apósito o incluso un calcetín pueden ser útiles para asegurarte de que no te frotas la herida al moverte durante la noche.
En conclusión:
En general, para prevenir las ampollas, debes prestar atención a cómo te sientes. Un pie estable y en buen estado será menos propenso a las ampollas.
Para evitar problemas durante la excursión, el mejor consejo es parar inmediatamente ante los primeros síntomas de calentamiento y tratar el problema antes de que se forme la ampolla.
En el campo, acuérdate de ajustar el cordón, sobre todo antes de ir cuesta abajo.
Cuando empieza el calentamiento, o durante el tratamiento, encuentro que la combinación de un vendaje normal cubierto con elasto es muy eficaz. No es muy gruesa y protege bien.
Para las personas sensibles a las ampollas, la anticipación es la mejor solución y el uso de cremas, polvos y apósitos de doble piel es muy eficaz.
Por último, el uso de bastones, sobre todo en los descensos, estabiliza el pie y reduce los resbalones y las rozaduras.