Cuando te los pruebes en una tienda o en casa, un zapato blando te parecerá a menudo más cómodo que un zapato firme o duro. Pero no te dejes engañar: para tu excursión, puede que necesites un zapato más bien firme, o incluso muy firme.

Pisada segura, comodidad al caminar, reducción de la fatiga, prevención de dolores y lesiones: la elección de un calzado blando o firme tiene muchas consecuencias.

No te preocupes, RayonRando está aquí para ayudarte... He reunido algunos consejos que te ayudarán a comprender tus necesidades para que puedas elegir el modelo adecuado.

¿Qué hace que una bota de montaña sea flexible o firme?

Lo primero que nos viene a la mente es la suela, que puede ser más o menos robusta, y cuyo grosor, composición y estructura determinan su firmeza.

Pero 2 botas con la misma suela no ofrecerán necesariamente la misma firmeza. El tipo de forro también influye:

  • Un forro hecho de una sola pieza de cuero es generalmente más firme que un forro hecho de varias piezas cosidas.
  • Un forro de piel también suele ser más firme que uno de tela.
  • Una caña baja será más flexible que una caña alta equivalente.
  • Por último, una protección de goma contra las piedras, sobre todo si rodea todo el zapato, añade rigidez.

En Asolo, por ejemplo, los modelos Drifter y Greenwood utilizan la misma suela, pero el Greenwood, con su forro de cuero de una sola pieza, es más firme que el Drifter, con su forro cosido de tela y cuero.

Sin embargo, la flexibilidad del zapato no sólo depende del propio zapato, sino también del peso del caminante. Un zapato firme para alguien que pese 70 kg se doblará mucho más fácilmente para alguien que pese 90 kg.

Así que no te dejes engañar por la primera impresión cuando intentes doblar el zapato con la mano: puede ser duro al tacto, pero puede ser flexible bajo tu propio peso al caminar.

Ventajas e inconvenientes según el nivel de flexibilidad o firmeza:

Zapato blando:

Los zapatos blandos permiten que el pie ruede de forma natural, como cuando se camina descalzo. El zapato se curva para seguir el movimiento del pie.

El inconveniente es que la pisada es menos segura. En terrenos irregulares, y más aún en terrenos pedregosos, el zapato se dobla "por sí solo". Los tendones y las articulaciones se ven sometidos a una gran tensión para mantener el equilibrio y absorber los choques.

Para acentuar aún más estos efectos, el perfil de las suelas flexibles suele ser ligeramente redondeado en la punta y el talón para garantizar una zancada suave. Y la suela puede ser relativamente blanda.

Calzado firme:

La firmeza favorece la propiocepción. Al reaccionar de forma inmediata e inconsciente a las irregularidades del terreno, mantienes el equilibrio de forma natural sin forzar en exceso las articulaciones. Un zapato firme hace que tus pies sean más seguros.

Del mismo modo, un zapato firme tiene más agarre en terrenos irregulares o pedregosos. El perfil de la suela suele ser más anguloso en la punta y el talón, para que puedas agarrarte con seguridad sin resbalar en una piedra. En general, la suela es bastante dura.

La desventaja de esto es que el zapato apoya menos la forma en que rueda el pie. En terreno llano, y sobre todo en asfalto, la zapatilla se siente un poco dura y puede acabar calentándose bajo los pies.

Cómo elegir entre flexibilidad y firmeza:

Tu elección debe tener en cuenta 3 aspectos: el terreno por el que vas a hacer senderismo, la carga total que vas a llevar y, por último, tus sensibilidades y aptitudes personales.

Según el terreno:

En terreno llano, en terreno inclinado pero uniforme (pistas forestales, por ejemplo) y más aún si el terreno es duro, será más cómodo un calzado blando que favorezca la flexión del pie.

En terrenos irregulares, desiguales o incluso rocosos, un zapato firme te proporcionará una pisada segura. También te hará sentir más cómodo y menos cansado con el paso del tiempo.

En función de la carga:

Cuanto más cargado vayas, con una mochila grande por ejemplo, más se verá afectada tu pisada, tanto por el peso como por un cambio en tu centro de gravedad habitual. En este caso, un calzado firme estará plenamente justificado.

La noción de carga "pesada" depende no sólo del peso de la mochila, sino también de tu propio peso. En mi experiencia personal, si llevo más del 20% de mi peso corporal, tengo la sensación de llevar algo pesado y mi zancada es menos segura. Esto es sólo una indicación, pero podemos distinguir entre las personas que parten solas con equipo de vivac y comida para varios días (y por lo tanto van bien cargadas), y las personas que sólo llevan sus efectos personales (si son razonables...).

Aparte de la carga, el peso de la persona también es un factor, como ya se ha mencionado. Una persona de 50 kg necesitará menos un zapato firme que una de 90 kg, que ya necesitará un buen apoyo.

Tu "sensibilidad":

Si tus pies son firmes y tus articulaciones fuertes, te irá bien un calzado blando. Por ejemplo, si estás acostumbrado a correr cuesta abajo y a rebotar en el pedregal, normalmente ya tendrás una propiocepción muy buena y no tendrás problemas articulares.

Por el contrario, si ya has tenido problemas articulares, si no eres muy seguro o si no tienes experiencia en terrenos abruptos o no estás acostumbrado a llevar una mochila pesada, te irá mejor llevar calzado firme.

En conclusión:

Ten cuidado cuando te pruebes las botas de montaña en una tienda: no te fíes de la primera impresión, sin carga y en terreno llano y duro. Piensa en las condiciones en las que las vas a utilizar (terreno, carga, duración). Un zapato que parece menos agradable a primera vista puede resultar más cómodo en condiciones reales.

Por último, no olvides que no todo depende de la zapatilla:

  • Piensa en optimizar el peso de tu mochila y su distribución, para que afecte lo menos posible a tu centro de gravedad.
  • ¿Y los bastones de senderismo? Utilizados correctamente, te permiten tener siempre 2 apoyos en el suelo, lo que quita peso a tus piernas y hace que caminar sea más seguro. Más información en nuestro artículo sobre este tema.

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