El ajuste adecuado de la mochila para practicar senderismo cómodamente
- Para disfrutar al máximo del senderismo, es esencial no tener que cargar con una mochila. Para ello, tienes que ajustártela bien.
- Una mochila bien afinada debe colocar la mayor parte del peso en las caderas. No debe tirar ni lastimar los hombros.
- Generalmente hay 4 puntos de ajuste: altura de las correas de los hombros (no siempre), cinturón de cadera, correas de las correas de los hombros, correas de retorno de la carga en las correas de los hombros.
Hay que seguir varios pasos:
1- Ajuste la altura de las correas :
En la mayoría de las mochilas grandes, la altura de las correas es ajustable: una escala visual te permite colocar las correas en función de tu estatura, a menudo mediante velcro. No es el caso de las mochilas más pequeñas o de las mochilas de malla. Los tirantes deben estar a la altura de los omóplatos, de modo que sigan la curva del hombro.
2- Cargar la mochila:
Con una mochila cargada será más fácil sentir el ajuste adecuado.
3- Afloje las correas de los hombros y las correas de sujeción de la carga.
4- Ponte la mochila y ajusta primero el cinturón:
Las correas de los hombros están relajadas, por lo que el peso recae únicamente en la cintura. Es necesario apretar las correas lo suficiente para que la bolsa se mantenga estable en las caderas y para que el peso se lleve correctamente en ellas.
5- Una vez ajustado el cinturón, apriete las correas de los hombros:
Deben estar lo suficientemente apretadas como para estabilizar la mochila sin tirar de los hombros. Debes poder deslizar un dedo entre el hombro y la correa sin dificultad.
6- Ajuste la tensión de las correas de retorno de la carga :
No querrás que la bolsa tire de ti hacia atrás. Aprieta estas correas para acercar la bolsa a tu espalda, de modo que no tire de tus hombros pero tampoco impida tus movimientos.
7- Por último, abroche y ajuste la tensión de la correa pectoral:
Si utiliza la correa pectoral, suele ser regulable en altura. Coloca la correa horizontalmente para juntar las correas de los hombros y estabilizar la mochila. Pero a veces se está más cómodo sin ella.
En conclusión:
Tu mochila está bien ajustada si notas que el peso recae principalmente sobre tus caderas, que no te tira de los hombros ni de la espalda y que sigues teniendo una buena facilidad de movimiento.
Pero no basta con ajustar la mochila, también hay que cargarlo correctamente. Empaqueta tus pertenencias con cuidado: la distribución del peso debe ser equilibrada y los objetos más pesados deben estar cerca de tu espalda y, si es posible, en el fondo de la bolsa para que respeta al máximo tu centro de gravedad y tu equilibrio.
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